Reclamar a alguien como un familiar o dependiente calificado en tu declaración de impuestos puede traer valiosos beneficios fiscales, pero entender los criterios es crucial. Desglosémoslo en términos simples con ejemplos relevantes.
Familiar Calificado:
Relación: La persona debe estar estrechamente relacionada contigo, como un padre, hermano, o incluso un pariente no consanguíneo que viva contigo durante todo el año.
Ejemplo: Tu primo universitario, que vivió contigo durante todo el año y ganó menos de $4,300, podría ser un familiar calificado.
Ingresos: Deben ganar menos que el monto de la exención establecido por el IRS.
Ejemplo: Si tu tía desempleada vive contigo y solo ganó $3,500, cumple con el criterio de ingresos.
Apoyo: Debes proporcionar más de la mitad de su apoyo financiero durante el año.
Ejemplo: Tu padre anciano, que reside contigo, depende de ti para vivienda, comida y gastos médicos, satisfaciendo la condición de apoyo.
Dependiente Calificado:
Relación: Similar a los familiares calificados, pero con opciones adicionales como hijos, hijastros o niños adoptivos.
Ejemplo: Tu sobrina de 16 años que vivió contigo más de la mitad del año es una dependiente calificada.
Edad: Generalmente, deben ser más jóvenes que tú y cumplir con el requisito de edad, pero hay excepciones para ciertos familiares.
Ejemplo: Tu hermano mayor, si está permanentemente discapacitado, aún puede ser un dependiente calificado.
Apoyo Financiero: Debes proporcionar más de la mitad de su apoyo financiero.
Ejemplo: Tu hijo universitario, que trabaja a tiempo parcial pero depende de ti para la matrícula y los gastos de vida, califica.
Entender estos criterios asegura que aproveches al máximo los beneficios fiscales mientras navegas por las complejidades de reclamar familiares y dependientes calificados. Siempre consulta las últimas pautas del IRS o busca asesoramiento profesional para obtener información precisa y actualizada.